Varas frescas en honor a la Virgen de las Nieves

Lanestosa recibirá uno de los premios por mantener su danza autóctona, de la que se desconoce el origen

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ES un “misterio” el origen de la danza autóctona de Lanestosa pero siglo tras siglo este “vistoso baile” ha tenido continuidad. Y cada 5 de agosto, con motivo de la festividad de la Virgen de las Nieves, vecinos y descendientes de la villa se reúnen para disfrutar de una danza que “tras haberla hecho resurgir, está viviendo una juventud terrible”. Esta localidad de Enkarterri puede presumir de contar con una danza “por la que se siente un amor especial”. “Es una de las pocas autóctonas que hay vivas en Bizkaia. Es nuestro mayor patrimonio cultural con diferencia”, explica José Manuel Irastorza, investigador y escritor de Lanestosa.

No hay un origen claro de este baile pero se remonta a varios siglos atrás. Tal y como señala Irastorza, en su labor de investigación ha encontrado “documentos de algunas actas del siglo XVI y XVII en las que el Ayuntamiento aprueba un gasto por el consumo de velas para los ensayos de los danzantes. Por desgracia, no se ocupaban de esas cosas. Se ha transmitido por el boca a boca”.

En Lanestosa “no hay una agrupación de danzas al uso” sino que son los vecinos los que se reúnen para desarrollar este baile. “Se juntan para bailar el 5 de agosto”, reseña el alcalde, José Ángel Ranero, quien indica que los dantzaris “no tienen una rutina ni una periodicidad marcada para los ensayos” ya que estos se realizan el día anterior a la festividad.

Varas y no arcos Una de las características que hace tan vistosa a esta danza son las varas que utilizan para bailar y que cada dantzari tiene que preparar por su cuenta. “Son unas varas frescas que cortamos un día o dos antes de la fiesta”, detalla Irastorza quien recuerda que “antiguamente eran de zarza pero ahora son de avellano, más cómodos de cortar”. El proceso para que la vara, y no arcos -“hubo un momento en el que se empezó a hablar de los arcos floridos de Lanestosa, pero para los de Lanestosa toda la vida serán varas”-, sea tan llamativo requiere de paciencia. “Son unas varas de unos dos metros de largo, se doman la víspera y las adornamos con papel de seda”, precisa el investigador.

Ese 4 de agosto es vital para la realización de la danza. “Se junta la gente que está y ya está. Los chavales sí que empiezan a ensayar un poco antes porque son más pequeños y desconocen más la danza, hay que colocarlos…”, apunta Irastorza que recuerda que cada dantzari tiene que acudir al ensayo con su vara preparada. “Es una de la normas. Después, con las varas que han sobrado se hace un ensayo y el mismo día de la fiesta, un poco antes, cuando ya ha llegado el txistu, se vuelve a hacer otro ensayo”, subraya el investigador quien vive con pasión este día. “Para el nestosano es nuestro gran patrimonio y hemos logrado mantenerlo con misterio”.

Los poco más de 250 vecinos de Lanestosa disfrutan con la celebración del 5 de agosto pero el pasacalles se puede efectuar gracias a la colaboración de la gente relacionada con la villa. “Uno de los problemas es que la mayoría de la gente no está allí todo el año. Antiguamente, pasaba lo mismo”, reconoce Ranero que señala que este año fueron varias las decenas de personas las que participaron.

El reducido número de habitantes nestosanos ha ocasionado algún que otro problema en el pasado. “He vivido momentos malos. Algún año estuvo a punto de no celebrarse porque no teníamos gente. Para una danza normal hace falta un mínimo de nueve personas y un año estuvimos siete. Lo pasamos mal”, recuerda Irastorza para quien el reconocimiento hacia la danza de Lanestosa comenzó a gestarse hace unas tres décadas. “Hasta entonces era una danza solo para los de Lanestosa, desconocida para el resto de Euskal Herria. Nos empezaron a invitar a algunos eventos y empezamos a salir de allí y comenzó a ser más conocida”, reseña. Y para él es un honor que grupos de danzas no autóctonos hayan incluido el baile de Lanestosa en su repertorio. “Era impensable”, apunta. También lo era que la danza de varas continuara, pero el esfuerzo por mantenerla tendrá su recompensa ya que a pesar de las dificultades este “patrimonio cultural está vivo”.

Deia
17 Noviembre 2017