Elorrio dará a conocer el origen del alarde de armas en una visita guiada mañana al mediodía. Los desfiles se harán a las cinco de la mañana y por la tarde.
La Oficina de Turismo de Elorrio mostrará mañana a través de una visita guiada los entresijos de los Errebonbillos, una de las festividades de mayor poso que se celebran en la comarca y en la que se mezclan elementos de corte religioso, como la procesión de la Virgen del Rosario, con otros de carácter civil, como el alarde cuyos soldados no pasan desapercibidos por su peculiar indumentaria. Una quincena de personas, vestidos con gorro, frac y chorreras, recorren las calles de la localidad danzando y disparando al aire con salves. Una tradición de más de cuatro siglos de antigüedad, en la que ha puesto la mira la presente edición de las Jornadas Europeas del Patrimonio.
Sobre sus orígenes, la versión romántica habla de que fueron los hermanos Amandarros, recién llegados de la batalla de Lepanto en 1571, los que comenzaron a disparar sus armas al aire en señal de alegría y como anuncia de su vuelta cuando divisaron Elorrio desde el puerto de Kanpazar. Desde entonces las salvas se incorporaron a la procesión del Rosario, cada primer domingo de octubre. Sin embargo, en los últimos años ha cobrado fuerza la idea de que se trata de un alarde anual a modo de presentación de las armas del pueblo. «Que un alarde de armas perdure hasta hoy es raro, cuando en todos los pueblos se hacía uno, por eso es interesante desestructurar esta fiesta, contar su historia, el porqué de la indumentaria de los soldados, su vínculo con la romería del Rosario...», explica la responsable de la Oficina de Turismo de Elorrio, Cristina Sierra.
El primer alarde arrancará a las cinco de la madrugada del domingo. La tropa formada por catorce soldados, el atzesku y el capitán, con su uniforme reglamentario y provistos de escopetas reglamentarias, eso sí, debidamente cargadas con cartuchos de fogueo, saldrán a la plaza para tirar la primera salva.
Tras el estruendo, y acompañados por dos txistularis y un atabalero, el capitán, Xabi Malasetxebarria, y el atzesku, Mikel Mendizabal, que ha sido capitán de la tropa durante cerca tres lustros, se retarán en un aurresku. Luego, todos los soldados bailarán el banan-banako, para a continuación involucrar a los asistentes con aurreskus, fandangos y arin-ariña. En un 'kalejira' hacia Elgeta, recorrerán las cruces de la villa y con parada obligatoria en casa del alcalde. La ronda terminará a las ocho de la mañana y la tropa se irá a su casa a descansar, pues la batalla se reanudará tras la siesta.
Cinco mujeres
Con apenas 21 años, Malasetxebarria será, por segundo año consecutivo, el capitán de la tropa. Lleva desde los 14 participando en esta tradición, a la que llegó animado por Mendizabal y siendo parte del grupo de danzas Besaide. Ha sido soldado y atzesku y espera seguir siendo parte de los Errenbobillos mucho tiempo. Junto a él, otra quincena de jóvenes de entre 20 y 35 años, de los cuales cinco son mujeres, forman la tropa que mantienen viva una de las tradiciones más antiguas de la villa. «Participar es algo muy emocionante, siempre lo he visto de niño, pero estar dentro, bailando, es algo especial»» señala Malasetxebarria.
A las 9.30 horas, la Oficina de Turismo ha organizado un caldo para los asistentes. Dos horas se oficiará una misa en la basílica cantada por el coro local. Y a las 12:30 arrancará la visita guiada que explicará la verdad de este alarde y su origen. Y puesto que la fiesta tiene algo que ver con la Virgen del Rosario se visitará también la basílica. Una hora después, la plaza volverá a vestirse de fiesta, esta vez con un recital de Jaizale txistularis del Duranguesado.
La otra tirada del alarde es ,sin duda, la más turística, por el horario. La formación disparará una docena de salvas a partir de las cinco de la tarde y en esta ocasión se incorpora como parada la estatua que hace años se levantó en la plaza de Elorrio en honor a los Errebonbillo.
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