¡Vivan los novios de Astrabudua!

Una recreación de una boda real que tuvo lugar en 1884 convierte al barrio erandioztarra en una fiesta con cientos de invitados, tras la labor realizada por Trabudu Dantzari Taldea

Trabudu Dantzari Taldea

ES 16 de septiembre de 1884. Julián de Aguirre y Barroetabeña parte del caserío Atxes, en lo alto de Astrabudua. Desde allí, desde el camino de acceso a la casa, se divisa una estupenda panorámica de la Margen Izquierda -sin rastro aún de los astilleros de La Naval, que nacerían en 1915-. Es un día de celebración. Julián va a desposarse y se dirige, con el cortejo nupcial -que incluye dos bueyes- hasta Etxezarre, donde se une la novia y su familia para acudir, después, a la iglesia de San Lorenzo. Juana de Acha va radiante. Vestida de negro, con un pañuelo a la cabeza y un camafeo de plata en el cuello. Su ramo es de girasoles. Está feliz. “¡Qué nervios!”, admitía.

Es 16 de septiembre de 2018 y Astrabudua recrea una boda real que tuvo lugar hace 134 años. Ocurrió ayer. El grupo Trabudu Dantzari Taldea organizó esta representación de una euskal ezkontza tradicional y el barrio erandioztarra se volcó. Además de las 250 personas que participaron en la teatralización, numerosos vecinos se echaron a la calle para verla, para disfrutarla, para sacar fotos, para admirarla.

 

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Con la salida del futuro marido, que fue encarnado por Martín García, empezó, por lo tanto, este festejo. Iraia Ereñozaga, pareja en la vida real de Martín, se caracterizó como novia y junto a ellos, miembros de los grupos Trabudu, Uztargi, del coro de mujeres de Altzaga y un largo etcétera tejieron un enlace de primera. Todo se midió al milímetro, sin que faltara detalle. A esta boda asistieron las sardineras, las vendejeras, las lecheras, el chico que reparte el periódico -“¡Extra, extra!”-... Y, por supuesto, personalidades de la época, como el alcalde de Erandio en 1884, Guillermo de Aguirre y Landeta;el cura José Ignacio de Elorduy, así como el médico Donato de Chopitea Ibaseta. El notario don Pedro José de Arauco, los monaguillos, las niñas que iban al colegio de monjas... Nadie se perdió esta celebración. Fue en las cercanías de la iglesia de San Lorenzo cuando los vecinos de Astrabudua comenzaron a abarrotar las aceras para presenciar esta euskal ezkontza. En la entrada a la capilla, donde el Padre de Elorduy ofició el enlace, también se agolparon las miradas. Además, las mujeres del coro de Altzaga brindaron una canción que adornó de maravilla el evento y, luego, toda la comitiva recorrió las calles del barrio, con lectura por parte del notario don Pedro José de Arauco de las capitulaciones matrimoniales, incluida.

Teatro Y FIESTAEl público, muy numeroso de nuevo, pudo conocer los bienes que aportaba cada una de las partes para la constitución de este nuevo núcleo familiar, entre los que destaca el caserío de Atxes, entre otras muchas posesiones como un par de boinas o una cama completa. La fiesta prosiguió con el banquete, como no podía ser de otra manera. Y con paella como plato principal, la plaza José Andrés Mendiguren fue una auténtica fiesta. Una romería puso el broche de oro a esta iniciativa que en 2016 ya vivió su primera experiencia.

Y es que entonces, Trabudu celebró su cuarenta aniversario por todo lo alto con una serie de actividades, entre las que estuvo una euskal ezkontza. Se trataba de la primera recreación de estas características que tenía lugar en la localidad y los integrantes de este grupo de danza y cultura vasca se quedaron con las ganas de repetir. Eso, unido a su afán por animar y dar energía a Astrabudua, motivaron que ayer todo el barrio se fuera de boda. “Nos hemos metido en una dinámica en la que es innegociable no hacer cosas”, confesaba uno de los portavoces de Trabudu, Borja Zubillaga. Sin ir más lejos, el pasado mes de febrero, el colectivo impulsó por primera vez un Carnaval especial para Erandio. Una representación que conjugó tradición, naturaleza, mitología, euskera... dio vida al “DNI del Carnaval de Erandio”, como ilustró Juan Miguel Luque, la voz cantante de Trabudu Dantzari Taldea. “Gracias a aquello, ganamos tres chavales para el grupo. Eso es una recompensa de la leche, porque sin críos el grupo no funciona y esa es nuestra cruzada continua”, aseguraba Borja. Por eso, Trabudu intenta “hacer cosas atractivas”. Y lo consigue.

http://www.deia.eus/2018/09/17/bizkaia/uribe-txorierri/vivan-los-novios-...

Deia
Astelehena, Iraila 17, 2018